domingo, 14 de noviembre de 2010

Del Mundo de las Ideas... (IV)

La captura de la liebre representa para el hombre un paso definitivo al control de sus emociones. Entra en primer plano la asimilación a conciencia sobre la cerrazón emocional; el divorcio definitivo entre el hombre y sus confusiones. el hombre, aferrado a sus conclusiones lógicas penetra en el jardín en el que reside su corazón. El relajamiento recoge rosas que lo ayudan a reproducir el aroma perfumado con el que se ha embriagado. A la lujuria de la confusión florece la castidad de la claridad; se despierta en el hombre su oido y del saber escuchar se fortalece su verbo. El hombre al hablar libera abejas que cargan con el polen de su voz y fecundan los oidos de los demás hombres procesando miel que endulza el panal de sus ideas; cargados los panales flota en el ambiente el oxígeno que le permitirá respirar en su trajinar pausado, mesurado, por los interminables caminos que se presentan en el mundo de las ideas.

Pero en ese trajinar comparado con las torturas mentales de los compulsivos, el hombre no encuentra su paz y su navío zozobra en su torrente. La interpretación es piedra de tropiezo en su mapa interno y es que para el hombre en busca de la comprensión, el razonamiento y la capacidad de análisis quedan varados en los linderos donde se inician la fé y el saber. La fé subjetiva, la que ha sido alejada de la sensibilidad y de la comprensión fluye como ácido quemando el vuelo cristalino y edificante de la lógica objetiva. El hombre se acerca en sus sueños al fanatismo y este es la esencia de toda su intranquilidad. El nublamiento de su comprensión autenticamente creadora genera relámpagos fluorescentes que iluminan el prostíbulo rodeador de su conciencia.

Ese empeño dibuja hasta el crugir de cascara de huevo aplastada por el pie descuidado del hombre comun. jugando a los choques con sus ideas el hombre mejora su naciente criterio. los recientes recuerdos enamoraban su existir presente. si la perpetuidad de lo mundano fuera cristalina su lucidez emergiera entre borbotones de agua hirviente y se evaporara expandiendose convertida en caricias morbosas que excitarían sus pensamientos.

No hay comentarios: