domingo, 30 de octubre de 2011

Sombras De Luto...

Maquiavélicas penumbras ocultas detrás del árbol. No intentes verlas, los que trataron verlas jamás lo lograron. Los que dicen haberlas visto no contaron a nadie de su experiencia visual, ya que ni ellos pudieron sobrevivir a su espanto; Penumbras rojas dicen rumores. Rumores de los cuales se cuida la gente.

Cuando las hojas secas caen y el tronco cruje al golpeo de la brisa celestial, el sol deja reflejado detrás de el, las penumbras; Penumbras que destellan, se cree, color rojizo, tan rojo como sangre.

Un joven se acerca al árbol; se acerca más y observa la leyenda de las penumbras. Aquella leyenda que se perderá para siempre y no será investigada para evitar traer de nuevo sobre los demás seres, sombras de luto que golpean con más fuerza el corazón de los que -si llegaron a hacerlo- las observaron.

martes, 18 de octubre de 2011

Contemplación De La Esencia...

El manto lóbrego emboza el culmen de sus horas.

La mañana cruenta irrumpe el día pasado.

Emula al crío, el compás de la brisa en su cuna verde

Y el astro, con intenso destello al espacio irradia, trasnochado.



Eriza en suaves ondas el precioso lago.

Frondoso, ostentan jardines sus bordes aceitunados

Lágrimas blandas escurren de aquellas hojas,

Y con atavío, siete luces flotan en aires agraciados.



Un animalito curiosea admirado.

Escarban sus garras con espíritu agitado

Parece con su acción no contenta la alimaña

Con las gráciles bondades que la vida le ha brindado.



A lo lejos, con aire de invicto, el crepúsculo avecina.

Tiemblan tímidos los colores, más y más

¿Quedarán eternas, las musas en tiernos lechos adormecidas?

¿O con versos desentumirlas y no ausentarlas... jamás?

sábado, 1 de octubre de 2011

Efímera Sensación De Lo Incompleto...

Los cielos intentan representarse en mis  pupilas   y   no     los dejo. Mi mentón continúa orgulloso, ofertando su quietud al firmamento, mientras un oscuro hacia dentro limita todas las distancias, desde mi mismo hasta el interior de mis párpados. Escucho decir que los soles no envidian, pero yo he visto consumirse completa a más de una estrella con sus rayos. Es que a todos nos duele. En la era de la quietud rivalizo cortado en dos mitades. Una que tira con fuerza, diciendo que derrame los encendidos traviesos en brutales desesperes, desconociendo mundos distantes de la superficie de mis distintas pieles. Otra centrípeta, irrumpiendo vías latentes, como vector implacable cumpliendo su destino de embutirme. Pero en mi todo, la suma de mis partes no me completa, y sigo vedado para el mismo entorno. Sutil e infructuosa pretensión no reconocerme quebrado. El viento roza la ciudad silbando femenino, y llega a mis oídos como si mil plumas reales retozaran con mis orejas.  Tierna sensación cálida sienten mis bellos al erizarse con sólo respirar, porque relajado, ante mi estatura meditativa, los nirvanas empequeñecen .

La noche. Yo me deleito con la luna. Toda luna es un intento fracasado de mundo. Ya no le niego al cosmos el café de mis ojos; le permito titilar en ellos. Las rejas del balcón rayan mi torso desnudo con su sedosa luz. Abajo, con vaivén disciplinado, múltiples ramas de árboles revolotean sus hojas, como buenos vasallos de la brisa cálida. Ella camina tranquila por la negra calle; su piel blanca mimetiza por el neón de las lámparas. Queda tiempo para pensar. No puedo, dejo el espacio para esas nubes grises recogidas en el corazón. Una sensación con sabor metálico me dice que mi todo se ha completado. Sus pasos suenan por el pasillo; el toc toc en la puerta sacude mi cabeza y dejo la reflexión a un lado. Al abrir, nos miramos. Su sonrisa es mi sol, pero a este no le niego mis pupilas…