lunes, 19 de julio de 2010

 Yo, Evolucion (III)

Los estados nacientes inician el proceso de afectar el existir presente. Un mundo agobiado de sensaciones palpables, de formas y sonidos complementados, representa el triunfo innegable de la autocapacidad de mutar. La tendencia autótrofa per se de su creación no satisface el valor de las eras de empeño de su admirable esfuerzo; el cosmos no se basta con ello: quiere saberse - no sentirse- útil...¿qué frenará al cosmos de su permanente anhelo? ¿cuáles energías amontonadas construirán el dique que impida que lo completo no fracture en beneficio de lo nimio? Lo que el universo mira, es acorde con lo que oye y con lo que palpa; sintonizan en un amasijo que desespera por expulsar lo informe que en algún instante recibe. Y en un continuo proceso de curiosa y voluntaria exclusión, digiere simultaneamente el fondo anhelado que lo conecta con la tremenda realidad existente: comienza a comprenderse... y regocijado de su conquista no pende más de las asociaciones fortuitas; y festeja de su herramienta completa; la creación de su naturaleza, de su propia conciencia:iel cosmos piensa!

miércoles, 14 de julio de 2010


Yo, Evolución (II)

Lo completamente voluminoso no se concibe impalpable… no será más huella inerte merodeando infinitesimales brechas cósmicas donde cernirse para reconocerse presente. Y en su nuevo curso- que se resiste a ser efímero- se asocian los nuevos agentes portadores de lo naciente; roces imberbes caracterizan el trocito de realidad embutida en el ser espacial, y por el recto del nuevo trozo de cosmos, se desechan- por necesidad- innumerables briznas infecundas: Nada retarda lo entero de lo naciente… en el nuevo lapso el movimiento responde al estímulo; el arrítmico vaivén suscita de manera inevitable nuevas necesidades, y lo vasto responde a ello concibiendo en lo prolífico de lo heterogéneo, el artilugio acertado donde transformar parte de lo orgánico originado… traza rutas, corrige naturaleza, avanza glorioso apoyándose en sus bien firmes determinaciones; corta secciones y obtiene de toda esta sucesión, el triunfo merecido de la labor espacio-temporal realizada por su simiente: ¡el cosmos escucha, observa y siente!

lunes, 12 de julio de 2010


Yo, Evolución (I)

En alguna partecita del cosmos, algún rastro de energía inicia su proceso de cristalizado; en algún momento de su impreciso tiempo, alguna transmutación genera un borrador de ente, manifestado informe, y en su movimiento-- que tenderá a ser perpetuo—produce lo que produce. Y su incógnita producción contínua arrastra consigo, por alguna especial afinidad estelar, a los entes de parecido inicio: surge la materia... y esta, minúscula, insignificante por su origen, transita arropada por mantos de luz, en una vastedad incipiente, que en marejadas de partecitas de energías cristalizándose, gesta un cosmos abrumador. Lo inmenso es ya realidad. Y al permanecer expandiendose, por alguna congregación especial de continuas realidades, los mismos rastros de energías, preñan alguna femenina realidad específica; y en mezclas complejas de moléculas y aminoácidos, los primigenios entes voluntarios dan al universo su verdadero inicio: comienza a sentir...

domingo, 4 de julio de 2010

La Presencia de lo Etereo... La Necesidad de Decir.

Es mi blog, hace tiempo que lo tengo, no me dediqué a decir a través de el... fue la idea desde el inicio, pero las ideas bullen en la mente y el papel se resiste a aceptar su plasme. Si, el papel, orgulloso y milenario, en su altanería monopólica, con su deleitosamente tradicional dominio, con su abrumador y cortejado utilitarismo, sintió un sacudión… y los muros de su altanero y bullicioso Jericó cayeron aplastados por el terriblemente ¿divino? astral mundo de lo virtual…y comenzó todo… y todos comenzamos a decir. Había nacido el mundo de la necesidad de decir… el parto de lo milagroso: nos acordamos que existen las letras –no se si las palabras- y todos comenzamos a aplicar ¡es el mundo! ¡El nuevo mundo! Nuestro edén particular en el bullicioso paraíso general. Adanes del nuevo cielo nos sentimos... y disfrutamos de la permanencia de lo etereo sin ningún temor; con la experiencia previa de la caída evaica nos desplazamos con un nuevo cuerpo de luz, sin temor al pecado virtual.