martes, 5 de abril de 2011

AB UNA PENDET AETERNITAS

Un hombre cuenta lineas intermitentes, sus suelas cosquillean aceras abruptadas por viriles portes de postes de alumbrados; cualquier explosión de infante emerge de húmedos harapos de tetosteronas empapados. Humilde, tranquilo, meditando. El hombre puesto en estos estadios se pierde en lo atemporal; estando en ninguna parte, se regocija como niño dando saltos alocados en un parque. Mirar al cielo Manchado de blanco dejando ver lineas radiantes que nacen de tiernos iris oculares, elevandose ansiosas a traves de brechas azules en su recorrido arcano hacia rutas infinitas, es un acto de suprema liberación. Su lugar es ese, el que siente, como corazón que araña razones, acompañado del grito desesperado embaucador de sentimientos. 

Abre los ojos. Se descubre en la inmediatez de un sólo paso; reconoce la tosquedad inmunda de sus caprichos, alborota ideas acuchilladas de consciencia y ansioso por liberarse restrega tembloroso en lo interior de sus sienes todo orden mecanicista preconcebido, pero no es posible. Susurra algún lamento que se pierde entre vibraciones sonoras ininteligibles. Ha fracasado. Desde ese momento había forzado el orden del universo, había abandonado sus sueños: se supo despierto.

Retorna a ser niño, y con lagrimas de adulto, llora amargado...

4 comentarios:

Ly dijo...

Retorna a ser niño, y con lagrimas de adulto, llora amargado...

Me has dejado meditando

David Cotos dijo...

Muy bueno.
Saludos.

Pd: He actualizado mis dos blogs.

soy... dijo...

Ly

Gracias por tus palabras.

Me alegra que medites.

Saludos.

soy... dijo...

David C.

Me alegra mirarte de nuevo por lineas añejas de mi rinconcito.

Gracias por comentar.

Leeré tu nueva entrada.

Saludos.